Apróximadamente ocho o diez días antes del parto las
hembras gestantes comienzan a producir -aunque aún en escasa cantidad,
porque la verdadera "subida de leche" no se produce hasta 24 o 48
horas después del parto- la leche que posteriormente servirá para
alimentar a su prole. Los primeros calostros con los que alimentan a los
recién nacidos y a través de los cuales les transmiten una importante
cantidad de anticuerpos, resultan de todo punto esenciales para su
protección contra agentes infecciosos y bacterianos que podrían causarles
la muerte. Sabemos también, que el mero hecho de que los neonatos comiencen
a succionar esos calostros primero y esa leche materna después, estimula la
producción de más hormona oxitócica por el organismo de la madre que, de
una parte, induce las contracciones durante el parto en sí y luego estimula
la producción de más y mejor leche.
El cachorro
sano y bien alimentado doblará su peso al nacer en los primeros nueve
días de vida y lo cuadriplicará a las semanas. |
Además, debemos tener muy presente que los cachorros al
igual que los demás mamíferos, dan mayor prioridad durante la primera
etapa de crecimiento a una dieta óptima que al desarrollo del cerebro,
luego de los huesos y músculos y finalmente de la grasa, por lo que una
dieta adecuada es absolutamente esencial para el desarrollo de la
inteligencia y el tamaño y la configuración del cuerpo.
Más aún, está perfectamente consensuado que el cachorro sano y bien
alimentado doblará su peso al nacer en los primeros 9 días de vida y lo
cuadriplicará a la edad de 3 semanas, mientras que por ejemplo el bebé
humano sólo dobla su peso al nacer a los cinco meses y no lo cuadriplica
hasta más allá de los dos años o dos años y medio.
Pero debemos también tener en cuenta que, de la misma manera que a través
de la leche, la madre transmite a sus cachorros, primero, protección contra
distintas enfermedades y luego la necesaria cantidad y calidad de los
nutrientes necesarios para su perfecto desarrollo postnatal, si ésta es de
suficiente calidad, puede ocurrir que, por el contarrio, si sufriera una
infección uterina o de las glándulas mamarias, los cachorros se vean
infectados por vía de la propia leche de la misma manera que si ésta es de
escasa calidad, su desarrollo se vea directa y negativamente afectado. Cabe
pues efectuar un control diario y preferentemente aún, dos veces al día,
de la calidad de la leche materna.
Y, también, controlar el peso de los neonatos todos los días durante la
primera semana y luego puntualmente también pero ya más espaciadamente.
Algunas complicaciones
Y ¿Qué sucede cuando surjen complicaciones? Ya hemos
visto que en algunos casos se habrá hecho necesaria su operación
cesárea, por lo que los cachorros no contarán con su "despensa
de lujo" durante al menos unas horas hasta que se recupere
totalmente de la acción anestésica; además, puede aparecer en
cualquier momento un cuadro de agalactia (interrupción o no
producción de leche) o, sencillamente, que se trate de una camada de
más de esos seis u ocho individuos, considerada pues numerosa. |
Control de la leche materna
La forma correcta para realizar un control de la leche
materna será la siguiente: bastará con apretar alguno de los pezones
de arriba abajo y observar el color y la consistencia de la leche; si
todo va bien, será de color perlado y de cierta consistencia, pero si
algo anda mal podremos encontrarnos con un fluído amarillento o
verdoso, que es claro indicio de pus o con puntos de sangre, que suele
significar que existe una mastitis, como veremos en un capítulo
posterior, dedicado a los complicaciones postpartum de la hembra. |
Supervivencia postnatal
Como
es lógico, atender una camada es tarea natural pero no por ello exenta de
complicaciones y dificultades para la madre, sobre todo cuando se trata de
una hembra novata, de una perra con más de cinco o seis años o de una
camada de muchos individuos (más de 6 ó 8), pero lo más significativo es
que incluso en condiciones perfectamente normales le causa un gran estrés,
aunque ciertamente si ha llegado al momento del parto en óptimas
condiciones físicas y psícológicas, le resultará indudablemente más
fácil amamantar a su prole y atenderles como se merecen, tanto más si la
ayudamos en ésta tarea propiciándole un ambiente grato, cómodo, limpio y
tranquilo y ofreciéndole además un alimento adecuado a sus necesidades
nutricionales del momento que, claro está, son mucho mayores que en
cualquier otra etapa de su vida.
Un dato importante a tener en cuenta es que la media de supervivencia
postnatal en los cachorros varía mucho de camada para camada, en función
de la raza y del número de individuos concebidos, pero las cifras más
razonables hablan hasta de un 12-30% de muertes acaecidas desde el
nacimiento hasta el destete. Más aún, hasta 2/3 de las muertes se producen
justo antes del nacimiento, dutante ésto o en la primera semana de vida.
Centrémonos ahora en esa primera semana de vida que tiene tanto riesgo para
el éxito de la camada, tanto más que los tres factores principales
considerados como "naturales" que causan la muerte en esta etapa
son el escaso peso del individuo, los bajos niveles de anticuerpos con que
cuenta o el tamaño excesivo de la camada.
No olvidemos que el aumento de peso del recién nacido está directamente
asociado con dos factores: una dieta adecuada y una óptima condición
física de la madre antes y después del parto y que todo ello se traduce en
el futuro en un ejemplar típico, sano y equilibrado.
Asímismo, debemos tener en cuenta que muchas veces y al contrario de lo que
aún hoy muchos opinan en la crianza canina responsable no debemos dejar las
cosas a su libre albedrío con eso tan manido de que la "madre
naturaleza ya se ocupará", al fin y al cabo, nuestros perros han sido
"condenados" a la domesticidad y de la misma manera que por las
noches no abrimos la cancela, cuando llega la hora de cenar y le decimos
"...vete a cazar la cena", tampoco podemos cerrar los ojos y la
puerta sin procurar el máximo bienestar de esa camada que nos hemos
propuesto criar.
Cómo evitar una muerte en las
primeras semanas
Teniendo en cuenta que la debilidad de
uno o más individuos de la camada significa el 5% de las muertes
post-partum que se producen en los primeros días, ¿qué cabe hacer
para evitarlo?
Lo primero y principal es ofrecer a la camada y a la madre, eso que
llamamos un hábitat propicio; lo segundo, asegurarnos de que la madre
se encuentre en óptimo estado después del parto; asímismo, observar
diariamente a cada uno de los cachorros, controlando el aumento de
peso, para confirmar que siguen un desarrollo normal y adecuado para
su edad; controlar la calidad de la leche materna y en el caso de que
constatemos deficiencias, sulementar su dieta con leche maternizada o
incluso, sustituir la dieta de leche materna por leche maternizada
enteramente.
En el caso de camadas numerosas, y numerosas lo son las de más de 6-8
individuos, teniendo en cuenta que son raras las hembras que poseen
más de seis u ocho pezones, puede hacerse necesario suplementar la
dieta desde el primer día y más aún, en casos extremos (de más de
10 cachorros) pensar en dividir la camada en 2, dejando a los más
débiles que se alimenten de la madre y a los restantes, que sean
alimentados con leche maternizada en todas las tomas.
En el pasado se recomendaba incluso no alternar la ingesta de leche
materna y leche maternizada por las complicaciones gástricas que
ésto podía ocasionar a los pequeños, pero hoy en día hay leches
maternizadas en el mercado de gran calidad que no tienen por qué
incomodar ni afectar a los cachorros que se nutren de ambas. De hecho
yo particularmente tengo por costumbre suplementar a todos los
individuos de camadas de más de 4 o 6, alternando una ingesta de
leche materna y otra de leche maternizada o bien suplementando cada
toma de leche materna con leche maternizada, sin que hasta la fecha
ninguno de los individuos así alimentados haya padecido trastorno
alguno ni durante la etapa primera de desarrollo ni posteriormente.
Otra osibilidad en caso de necesidad es la de recurrir a una nodriza
cuando la madre de los cachorros no pueda alimentarlos
convenientemente , o bien en el caso de camadas de gran tamaño,
siempre claro que la nodriza goce de óptima salud, esté
perfectamente desparasitada y vacunada y revacunda, como la propia
madre y acepte hacerse cargo de los pequeños como si fueran suyos. |
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